Un modesto cuarto sin número
del hotel Ambos Mundos devino durante pocas horas primer refugio
cubano de Ernest Hemingway en abril de 1928. Allí retornó
y en la misma pieza del quinto piso del inmueble, unos años
más tarde (1934) comenzó a escribir Por
quién doblan las campanas.
La actual habitación 511, convertida en santuario que
honra la estancia del novelista, atesora varios objetos en
sus 16 metros cuadrados: cama matrimonial de madera, dos mesitas
de noche y una mesa de escribir con su silla, aunque él
prefería hacerlo descalzo y de pie, apoyando su máquina
portátil en el alféizar de la ventana.
Vivió en ese lugar durante siete años (1932-1939).
Incursionó en diversos géneros, desde excelentes
crónicas sobre la pesca como Agujas a la altura
del Morro, publicadas en la revista Esquire, hasta profundos
análisis de otros temas editados en varios países.
Localizado apenas a unos 20 metros del Palacio de los Capitanes
Generales, en la calle Obispo # 153 esquina a Mercaderes el
hotel Ambos Mundos vive momentos de esplendor en pleno siglo
XXI después de ser remozado cuidando al máximo
los más mínimos detalles que le acompañaron
desde su construcción en 1923.
Bajo la administración de Habaguanex S.A. el centro
dispone de 52 piezas dobles estándar y cuatro minisuites.
Su capacidad máxima supera el centenar huéspedes.
El hotel Ambos Mundos, con categoría cuatro estrellas,
es frecuentado por el turismo internacional que persigue la
simbiosis entre la tradición de las vetustas edificaciones
y la modernidad de nuestros tiempos.
Cobra especial significado la habitación 511, adonde
puede accederse cualquier día de la semana a partir
de las diez de la mañana y hasta las cinco de la tarde.
En el corazón de la Habana Vieja, nominada por la UNESCO
como Patrimonio de la Humanidad, esta joya de la hotelería
cubana es admirada por muchas razones, pero tal vez una de
las más importantes es que allí Ernest Hemingway
vive todavía...
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