En Finca Vigía, una extensión de nueve hectáreas
sobre una colina ubicada en el municipio San Miguel del
Padrón, al este de La Habana, Hemingway vivió
desde 1940 y hasta 1960 y allí recibió a numerosos
amigos, como los actores Gary Cooper, Esther Williams e
Ingrid Bergman o los toreros Dominguín y Ordóñez.
Allí concibió varias de sus obras más
difundidas y el apacible recinto se mantiene tal y como
lo dejó cuando emprendió el último
viaje a Estados Unidos, cuando su salud se quebrantaba de
manera irremediable.![](/images/4hemingway.jpg)
Hoy en día esta casa es un verdadero museo sobre
uno de los más famosos escritores norteamericanos,
lleno de muestras únicas de su personalidad, estilo
de vida y últimos años. Tal parece que de
un momento a otro irrumpirá el escritor para revisar
sus escritos inconclusos.
El Museo se inauguró en 1962, en conmemoración
al primer aniversario de la muerte del escritor y el sexágesimo
tercero de su natalicio, un año después de
que la viuda de Hemingway, Mary Welsh, regresara a Cuba
para donar al país, compliendo así la voluntad
de su esposo, la propiedad en su totalidad y los objetos
personales del Dios de Bronce de la literatura norteamericana.
El museo Hemingway es un perfecto reflejo de las costumbres
y los gustos del novelista y resumen del llamado período
Cuba de su vida.
El recinto atesora miles de documentos y entre ellos se
encuentra un epílogo rechazado de su libro "Por
quién doblan las campanas", 3 000 fotografías
y negativos sin revelar y cartas de Adriana Ivanchich, la
condesa italiana de 19 años de la que Hemingway se
enamoró locamente.
Los estudiosos de su obra tienen especial interés
en la colección de 9 000 libros que reposan en estantes
diseminados hasta en el baño, muchos de estos libros
tienen anotaciones en los márgenes y esos apuntes
pueden ayudar a conocerle mejor.
El Museo Hemingway resulta un sitio atractivo para cualquier
visitante en la Isla, sobre todo de quienes admiran la obra
del excelente autor.
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